Toque esta hoja de papel. Sienta su textura lisa. Recorra con las yemas de los dedos la superficie, pasee por los bordes sin cortarse. Estire el papel imprimiendo un poco de fuerza al movimiento, agite la hoja varias veces. Escuche ese insistente crujir de hoja, ese tronar como de cielo encapotado. Ahora, acérquela a su rostro, paséela por las mejillas. Aspire el olor que ha quedado del árbol de donde ha surgido y de la tinta que en ella se ha posado. Mire esas pequeñas manchas negras que se van haciendo letras, sílabas, palabras. Recorra con sus ojos cada línea con la lenta melodía que hay en ellas y saboreé cada vocablo. Encuentre en cada frase el sentido evidente, escudriñe el más oculto. Vaya lejos, tan lejos como es posible ir y aún más allá. El texto contiene palabras que se hacen oraciones, que conforman ideas. Hay sí, una historia, por encima de ella un sentido, una razón para ser contada. Detrás de lo aparente, surge en todas las cosas el más profundo de los significados. Imagine una puerta cerrada que algo esconde detrás. Sabemos que si abrimos encontraremos un cuarto, no sabemos el tamaño, el color de las paredes, si está con muebles o vacío, si estará solitario o acaso con una persona en él. Tampoco sabemos quién puede ser esa persona, de que edad o cómo viste, y aún al verla no podremos adivinar demasiado hasta hablar con ella. Tal vez entonces, podremos conocer su nombre, su ocupación, los rasgos generales de su vida. Mas, cómo meternos más adentro, ir a lo más profundo, al más recóndito de los subterfugios. Cómo descubrir su causa última, su motivación primera. No mire; observe, aspire, deguste, palpe, escuche. Deje que los sentidos todos conformen el concepto de la realidad. Cuando lo consiga, estará listo para dar el paso hacia algo aún más grande, donde los sentidos no alcanzan para tocar otra realidad que está por encima de esta misma que ha creído verdadera. Donde la mesa es algo más que la mesa, donde la hoja es algo más que la hoja, donde las líneas son algo más que las líneas, donde un hombre es algo más que un hombre, donde el objeto se vuelve algo más que una cosa. Hay algo ahí. Dígame lo que es.
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