sábado, 15 de octubre de 2011

Es la hora. Tic. Tac. La tenue luz del techo no alcanza a iluminarme. Todo el mundo duerme. Yo intento que las letras no se muevan de su sitio. Es preciso corregir varias veces. Un trago más, ya no hay cigarros. Qué miedo estar despierto a estas horas. No estás. No estoy. No está nadie. Glu, glu. Tintineo de hielos. Piedad del lóbrego dolor que me aconseja. Bang. Bang. Otra vez, la pistola está vacía. Encontrará una bala más tarde que temprano.