sábado, 15 de octubre de 2011

Es la hora. Tic. Tac. La tenue luz del techo no alcanza a iluminarme. Todo el mundo duerme. Yo intento que las letras no se muevan de su sitio. Es preciso corregir varias veces. Un trago más, ya no hay cigarros. Qué miedo estar despierto a estas horas. No estás. No estoy. No está nadie. Glu, glu. Tintineo de hielos. Piedad del lóbrego dolor que me aconseja. Bang. Bang. Otra vez, la pistola está vacía. Encontrará una bala más tarde que temprano.

jueves, 9 de junio de 2011

Las hormigas

Hace casi 3 años, aunque casi 2 en realidad, comencé a intentarlo. Qué puedes perder, me dije. Hice un plan, o el boceto de uno. Si la vida no tenía ningún sentido, y de eso estaba muy convencido, y tampoco me atrevía a ponerle fin, habría que inventarse un quehacer mientras tanto. Me he vuelto muy funcional desde entonces. Trabajo, vivo a crédito, mis amigos se ríen de mis chistes y las chicas terminan en mi cama. Hasta hay ocasiones en que consigo divertirme sinceramente. Y, sin embargo, me asomo aquí, como no queriendo, como no sabiendo, como sin darme cuenta y aún miro a las hormigas desfilando en la frontera entre el suelo y la pared.

martes, 12 de abril de 2011

Excento como no estoy de crisis, la de ahora es literaria. Eufemismo para decir que están todas en una. Es efecto, que no causa. He roto de un tirón una docena de páginas que no alcanzaban más que para dos frases, estás sí, sosteniéndose por sí solas. Dos semanas para dos frases. Hagamos caso a la chica de las cuentas: Si escribo una frase por semana y una cuartilla consta de cincuenta, entonces tenemos una cuartilla por año. En cien años, la soledad habrá vencido.
Lo más engañoso de todo, es el ojo del huracán. En el centro, no se sabe que está pasando al rededor. Todo es calma. Cuando el viento lo mueva, hemos de irnos con él, girando con el vértigo incesante que se lleva todo consigo. ¿A dónde habrá de lanzarnos?
En cruel venganza al abandono, he dejado este blog en una pausa que ha durado varios meses. Era una franca huída a lo que representa. Pero no se puede huir de aquello que siempre va contigo. Desarmemos en los minúsculos trozos del rompecabezas la historia que me falta. Por tu jodida culpa, Fanshawe, estoy de vuelta.

Tiempos Viejos, Gardel.

"¿Te acordás, hermano, la rubia Mireya,


que quité en lo de Hansen al loco Cepeda?

Casi me suicido una noche por ella

y hoy es una pobre mendiga harapienta

¿Te acordás, hermano, lo linda que era?

Se formaba rueda pa' verla bailar

Cuando por la calle la veo tan vieja

doy vuelta la cara y me pongo a llorar."

viernes, 18 de marzo de 2011

Retornan las cosas a llamarse nada. Retornan los tiempos a llamarse ayer. Dos pasos adelante son cuatro de regreso. Otra vez las causas se vuelven un por qué.

Este hoy se convierte en un luego. Mañana no es siquiera un tal vez. La aguja que gira de derecha a izquierda se ha detenido.

Esta lista de palabras no comprenden bien el qué.