martes, 12 de abril de 2011

Lo más engañoso de todo, es el ojo del huracán. En el centro, no se sabe que está pasando al rededor. Todo es calma. Cuando el viento lo mueva, hemos de irnos con él, girando con el vértigo incesante que se lleva todo consigo. ¿A dónde habrá de lanzarnos?

No hay comentarios: