lunes, 16 de junio de 2008

Problemas de la investigación


Comprendido que no se pregunta nada que no se quiere saber ni nada que no se quiere contestar, cometí el error imperdonable de no aplicar la misma regla para mí mismo. Llegué hasta lo más profundo y me fui asquerosamente franco. Varias, que no me quería contestar, me contesté; varias, que no me debía preguntar, me pregunté. Ahora que todas las respuestas están dadas, me causa un no sé qué el haberme despertado. Desde hace días no sé cómo recuperar el sueño.

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