sábado, 26 de abril de 2008

Pos qué te traes, pinche catrín, siempre con tu puta cara de bien jodido. Aliviánate, güey, pos ni que te hubieran refundido en el botellón. Aquí a todos nos ha chingado la tira y venos, aguantando vara nomás, total, así es este pedo. A ver, ya, di la neta, carnal, en qué la rolabas antes de andar en este bisne. Si se nota que tú andas en otro pinche rollo, hablas reteraro, me cae. Pa’ mí que tu eres de esos que si le hacen a la leida. A ver tú, pinche gabacho, qué se me hace que el catrín si le hace al gringo, en una de esas hasta resulta que es tu jefe. Órales, qué a toda madre, pintor, igual que el pelos. Pero pos por qué dices que eras, a poco se te rompió la brocha, chance te conseguimos una, mañana, en la pepena, y vuelves a pintar retehartas paredes, o le decimos al pelos que te invite a grafitear, que ese vato si se la rifa. Na, y a poco en la escuela enseñan también eso de la grafiteada, si el pelos aprendió así nomás, has de ser pendejo pa’ necesitar clases, o a poco si está más cabrón con brocha, pos a huevo que no. Ya suéltala, cuál es tu pedo. Ora, mi sidral, ya oíste a este vato, ve como le hace al mame. Historia larga de contar, eres remamador, pinche catrín, me cae que sí. Chale, ha de ser porque estás ruco, porque aquí todos contamos nuestro pedo en chinga. Mira qué fácil. Al gabacho le decimos así porque tiene los ojos verdes y parece gringo el puto, su jefe se lo cogía todas las noches hasta que ya no aguantó más y que se pela; al sidral se le murió la mamá, quezque de sida, y pos siempre tose y tose, el cabrón, y luego hace reculero; y pos yo, leve, nomás me eché a mi jefe porque se madreaba a mi jefecita, y un día que me emputo y que me lo chingo a machetazos, mi mamá me mandó a la verga y aquí me tienes dando el rol. Ya ves que fácil se cuentan los pedos, mi catrín, así nomás, los saca uno y luego un pasón de tiner y ya estuvo, ni quien se acuerde, ¿o qué, a poco sí tu pedo está más de la verga? Ha de ser, pinche catrín, porque siempre traes una puta jeta que pa’ qué te cuento.
Luego, nos juntamos todos para dormir cubiertos con la noticia en primera plana del último informe de gobierno. Sidral murió en la madrugada vomitando sangre. Los demás dormían. Lo separé del resto y cargando lo llevé hasta un parque donde sería fácil encontrarlo. Después, seguí caminando a lo largo de la calle.

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