sábado, 30 de agosto de 2008

Una pausa, necesaria. No podré escribir durante un mes. Para cuando regrese, mis pocos lectores se habrán ido. ¿Habrá otros? Poco probable. Vendré después a recoger las cenizas de lo que ha quedado y trataré de construir lo derribado. Es difícil escribir para nada, para nadie. Pero esto se ajusta a la verdadera sustancia: las cosas que uno hace cada día sirven para nada, sirven para nadie. He tratado de autosalvarme, no lo he conseguido. Cada palabra, cada coma es el intento. Mido el tamaño de cada palabra que escribo, ni una sola de ellas alcanza para hacer el resumen del más pequeño de los sentimientos. Esta puta sensación de saber que no hay nada detrás asesina segundo a segundo. Voy a caminar, mucho, mucho. Voy a jugar el juego de creer que hay cosas que no he visto y estaré de vuelta y entonces sabré de cierto, sin suposiciones, que en ningún lado hay la puerta correcta que debo tocar. Hasta la siguiente palabra, hasta la siguiente coma. Una pausa, necesaria. Si alguien viene mientras tanto, deje mensaje, tengo ganas de leer a otros, ya no a mí.

No hay comentarios: