martes, 4 de diciembre de 2007

Instrucciones para un día feliz sin contratiempos

Mirar la Vía Láctea desde otra galaxia distante, millones de esferas girando alrededor de astros incandescentes, y yo, viéndolo todo, siendo el mudo testigo de esa danza sincrónica y universal.
Un ruido sordo, lejano, cada vez más cerca, más cerca, los astros que se desvanecen. Sólo queda el repique insistente que me anuncia el adiós a la Vía Láctea y la borrosa aparición de un cuarto que conozco de memoria.
La mano se estira, de un manotazo algo cae al piso. Operación en 11 pasos. Flanco derecho: Ya. Reptar de seis a diez segundos: Ya. Sentarse: Ya. Mirada al piso, afuera la panza, los brazos colgando como dos guiñapos: Ya. Pasos titubeantes: Ya. Undostrescuatro, undostrescuatro. Mano al frente: Ya. Girar la llave hacia la izquierda: Ya. Gotas escurriendo: Ya. Jabón que entra en los ojos: Ya.
El agua se resbala, la cara se transforma, sonrisas, canturreos, que no quieres nada más de mí, que te fuiste con ese infeliz… Calzones-pantalón-camisa-calcetines-zapatos-nudodecorbata-saco: Yes, Sir. Alacena vacía, refrigerador desierto, ruido recriminatorio del estómago, las putas llaves, ¡mierda! Cobijas revueltas, papeles en el piso, otra vez, maldita sea.
Operación en 14 pasos. Tres calles a la derecha (siempre a la derecha): Ya. Hundirse debajo de la tierra: Ya. Pagar con moneda fraccionaria: Ya. Mirar sin ver por la ventana: Ya. Reportes de ocho a cinco: Ya. Comida fría: Ya. Regreso a casa: Ya. Televisor encendido: Ya. Mirar por segunda vez en el día el refrigerador vacío: Ya. Subir a tientas sin encender las luces: Ya. La ropa cae al piso: Ya. El cuerpo sobre la espalda: Ya. Cerrar los ojos: Ya. En descanso: Ya.
Junio de 2004.

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