martes, 4 de diciembre de 2007

Instrucciones para acordarse

Dejando a un lado los motivos, la manera correcta de acordarse es como sigue:
Recárguese en una silla con la cabeza hacia atrás; mejor aún, tírese boca arriba sobre la cama, encienda un cigarro, mire como las volutas de humo hacen figuras caprichosas en el aire y concéntrese en ellas. Después, usted comenzará a recordar.
Si tiene problemas para acordarse pellízquese un brazo o una pierna, la sensación de dolor hará que usted traiga a la memoria ese malestar que ya ha sentido antes. Luego, sin ningún esfuerzo, usted recordará. Del dolor pasará a las veces que usted lo ha sentido, luego a una banca, luego a una calle, luego a un día, luego a un libro, luego a una persona, luego a otra persona, otro libro, otro día, otra calle, otra banca y así sucesivamente, porque los recuerdos suelen llegar así de inconexos —cuando menos en apariencia—.
La duración del recuerdo depende, por ejemplo, de ser interrumpido por el zumbido de un mosco girando por el cuarto y que usted se obstine en matar, de que el cigarro se consuma, de que se tuerza el cuello, o de que se obligue a olvidar.
Si el recuerdo se termina por cualquiera de las tres primeras razones no se preocupe, es normal. Pero si es usted el que se obliga a olvidar, esto lo llevará de nueva cuenta al principio: tendrá que concentrarse en recordar que quiere olvidarse de algo, o de alguien, lo cual, lo sumirá otra vez en el trance.


Octubre 2002.

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